La felicidad la encuentra la persona que aprende a vivir sabiamente. Establece relaciones saludables, pon límites, acepta lo bueno y rechaza lo cuestionable. Es feliz quien se acerca a las personas sin sospecha pero con prudencia y se aleja de quienes le hacen daño, sin maltratar pero con inteligencia. La felicidad la encuentra quien aprende a usar las cosas y no a las personas, quien no abusa ni permite el abuso.
No es feliz quien nunca recibe heridas sino quien sabe cómo evitarlas y, cuando es imposible, sabe cómo curarlas.
No es feliz quien nunca tiene problemas o todo lo tiene resuelto, …sino quien cuando los problemas llegan sabe enfrentarlos sabiamente, y cuando no puede, busca ayuda inmediatamente.
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