Septiembre: se marcha el poquito sol que nos ha acompañado y las playas se van quedando vacías, solitarias...queda todavía el eco de las risas de los niños, los los chapoteos , pisadas de paseos por la orilla, alguna papelera con envoltorios de helados, papel que envolvía bocadillos...y como únicas habitantes de esa esperada arena durante todo el año, las gaviotas, dueñas y señoras de ese espacio anhelado por los amantes del calor y el mar.
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